Tras el anuncio del Presidente Sebastián Piñera de cambiar de ubicación la central termoeléctrica de Barrancones, luego de la fuerte discusión que generó la decisión original de instalarla cerca de la Caleta, los turistas y lugareños podrán disfrutar de Punta de Choros como si no hubiese existido polémica alguna.
Al parecer los movimientos ciudadanos tuvieron la fuerza y convocatoria suficiente para impedir que se constituyeran las dos plantas a carbón en el sector.
Y es que Punta Choros es la primera reserva marina del país, donde vive el 85% de la población mundial de pinguinos de Humbolt y uno de los destinos turísticos más impresionantes de la Región de Coquimbo. Un poblado de pescadores que ofrece la belleza de sus playas, caleta e islas con una variada población animal, a 115 Kms al norte de La Serena.
¿Qué ver en el lugar?
Un recorrido por el sector de la Caleta Punta de Choros incluye una pasada por dos de las tres islas que conforman la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt: Isla Choros, Isla Damas e Isla Gaviota.
Para llegar a ellas basta con pedir un permiso, pagar una suma de dinero a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y subirse a uno de los botes de pescadores de la zona (son los únicos existentes y disponibles), todos acondicionados para turismo con motor y equipados con chalecos salvavidas.
El recorrido, que parte en Isla Choros, permite a los turistas apreciar desde lejos -ya que la isla no es apta para el turismo- variadas aves y lobos marinos, los que habitan en cuevas ubicadas entre los roqueríos formados por la acción del viento y el mar.
La navegación continúa en dirección a Isla Damas. Ahí los viajeros pueden conocer sus hermosas playas de arenas blancas y mar turquesa, su variada flora endémica -que se puede recorrer gracias a los senderos que la CONAF ha habilitado para los turistas- y sus delfines Nariz de Botella y excepcionales pingüinos de Humboldt.
Y es que el avistamiento de estos pingüinos es bastante particular. La especie es propia de aguas muy frías, pero gracias a la corriente de Humboldt, es posible que puedan habitar en un lugar tan inusual como éste: a pocos kilómetros del desierto más árido del planeta.