No hay plantas completamente destruidas, pero la industria automotriz japonesa está aproblemada, tras el terremoto y tsunami del 11 de marzo. Hoy son cerca de 60 las fábricas afectadas en todo el país, las que han debido paralizar por falta de energía eléctrica.
La industria automotriz representa un 17% del PIB nipón, que en 2010 bordeó los US$ 6 billones. Pero además es clave en la industria a nivel global, pues sólo en 2010 los envíos de autos sumaron US$ 113.000 millones (57,2% más que en 2009), mientras que las partes de vehículos totalizaron US$ 38.000 millones (53,1% de alza respecto del año anterior).
Es este último ítem el que tiene complicados a los fabricantes globales de automóviles. “Habrá problemas con la producción mundial porque los proveedores japoneses están complicados”, dice Tim Urquhart, analista de IHS Global Insight. Varios fabricantes de autos siguen atentos el desarrollo de la situación, por el peso que tienen las partes provenientes desde el archipiélago en su cadena productiva. La firma sueca Volvo -adquirida por la china Zhejiang Geely- compra un 10% de sus partes en Japón, Estados Unidos importa un 14%, mientras que las automotrices japonesas presentes en Brasil importan un 18% desde el país.
“China afirma estar mejor aislada que algunos centros de fabricación de automóviles, pero muchos fabricantes en la región importan componentes procedentes de Japón (transmisiones de automóviles, por ejemplo). India está más expuesta, en especial en Maruti Suzuki, por su dependencia de Japón”, asegura Paul Newton, de IHS.
Mermas en la producción
Sólo una planta presenta problemas serios o estructurales tras la catástrofe: las instalaciones en Gunma de Fuji Heavy, fabricante de Subaru. El resto ha reabierto o planea hacerlo pronto, ya lo hizo Bridgestone. Honda, Mazda y Daihatsu piensan hacerlo el domingo. Toyota espera reabrir siete plantas hoy y otras 21 seguirán detenidas hasta el martes.
Las pérdidas son grandes. Toyota las estima en 40 mil vehículos por día, unos US$ 72 millones diarios prevé Goldman Sachs. Honda dijo que dejaría de producir 16.600 unidades y Daihatsu calcula que serán 3.200 unidades menos al día.
Ganadores globales
Algunos hablan ya sobre quiénes podrían verse beneficiados ante el golpe a la industria automotriz nipona. Peter Morici, académico de la U. de Maryland School, dijo que “Hyundai y Ford ahora son buenos sustitutos para los autos Toyota, y más aún, los tractores Caterpillar fabricados en China pueden sustituir a los de Komatsu”.
Al respecto, Eugenio Aleman, economista de Wells Fargo, añade que “posiblemente el sector automotor norteamericano sea uno de los sectores más favorecidos, debido a que casi todas las empresas japonesas están produciendo en el país. El único problema puede ser la capacidad utilizada, ya que debe estar bastante alta debido a la recuperación que se ha visto en la producción de automóviles. También México puede beneficiarse y otros países de América del Sur y el resto de los productores de autos del mundo”.