En contraste con su pobreza -el 40% de la población vive en esa condición-, el reino de Nepal tiene una gran riqueza de paisajes y tesoros culturales. Situado a lo largo de las más altas cumbres del Himalaya, es uno de los territorios orientales más visitados por los turistas occidentales, precisamente por ser una tierra de paisajes sublimes, templos desgastados y una de las mejores rutas para practicar el trekking.
Su capital es Katmandú, y es uno de los principales destinos del país. Con 1.1 millón de habitantes, es una de las ciudades más densamente pobladas del mundo y su casco histórico conserva años de tradición y cultura gracias a sus plazas y templos. Un escenario muy diferente a lo que se aprecia en los alrededores de la ciudad, donde se albergan los hoteles, restaurantes y comercios más lujosos del país.
La capital permaneció perdida y aislada del resto del mundo por considerarse un reino prohibido del Himalaya desde 1816 hasta 1950, pero cobró fama gracias a la invasión hippie en los años 60, desde ahí que es un destino muy demandado por mochileros y viajeros que buscan iluminación espiritual.
¿Qué ver?
La plaza de Durbar Square es patrimonio cultural histórico de la ciudad de Katmandú. Aunque se puede recorrer en apenas quince minutos, hay muchas cosas por ver en sus calles cubiertas de adoquines: tiendas de artesanía, telas, grandes construcciones, obras de arte y una gran mixtura de gente. Entre sus monumentos destaca el Palacio Real, conocido por un cuarto de baño con una lujosa decoración.
Los templos, tanto budistas como hinduistas, son parada obligada para los turistas. A unos 45 minutos de Durbar Square, en las afueras de la ciudad, se sitúa la stupa (templo) de Swayambunath, popularmente conocida como el Templo de los Monos. Tiene la particularidad de que fue construido en una colina habitada por los monos Rhesus, por lo que cuando los viajeros suben los interminables escalones del templo, se cruzan con cientos de ellos. Además, alrededor del bloque central de la stupa se encuentran las ruedas de oración tibetanas que todos los fieles hacen girar mientras recitan sus mantras.
Otros templos importantes para visitar son Kasthamandap, Maru Ganesh, Kumari Bahal y Shiva Parvati.
El valle además ofrece una gran variedad de rutas alternativas, como las que parten o llegan a los pueblos de Nagarkot y Dhulikhel, o la posibilidad de bañarse en fuentes de aguas termales de Tatopani, explorar bosques neblinosos en Pulchowki y practicar trekking y bicicleta de montaña en las regiones de Chapagaon y Bungamati.
También vale la pena observar con detalle los rituales de la vida cotidiana: la colocación del grano para su secado al sol, las familias recogiendo agua o lavando en pilas comunales, los niños jugando o los alfareros trabajando.