Lo primero es tener claro su significado. El deducible es la suma de dinero que la compañía de seguros no cubre (o indemniza) en caso de ocurrir un siniestro. Por lo tanto, al contratar un seguro con deducible, el asegurado desembolsará esa parte del daño, mientras que el seguro sólo cubrirá el monto que supere dicho deducible pactado en la póliza de seguro.
Por ejemplo, si se tiene asegurado un bien por un valor de $300.000 con un deducible de $50.000, si el daño del bien es menor a $50.000, la aseguradora no debe pagar nada.
Generalmente, el deducible varía de 0 a 10 UF según el plan contratado. Los seguros sin deducibles (deducible cero) si bien cubren por completo los daños, son los más caros del mercado, ya que para las aseguradoras es muy caro mantenerlos. Si tu idea es ahorrar, el consejo es no “sobreasegurarse”. La mejor alternativa no siempre es comprar un seguro con deducible cero.
Al ser más caros, hay veces en que no compensan ese “pago de más” que estás haciendo por ellos. Por ejemplo, para un mismo auto, el seguro sin deducible cuenta 23 UF y el seguro con deducible 3 UF vale 16 UF. La diferencia de precios es de 7 UF. Esto significa que si chocas dos veces durante el año, te conviene haber contratado un seguro con deducible 3 UF. Así pagarás las 16 UF por la prima más 3 UF en cada siniestro, o sea 22 UF, que es menos que lo que te costaba el seguro sin deducible. Un deducible 3 UF es bastante conveniente si es que chocaras una o dos veces al año.
Los precios y coberturas para estos deducibles varían en las distintas compañías, por lo que para realizar una compra inteligente debes comparar todas las opciones de las aseguradoras de seguros de autos. Puedes hacerlo gratis y de forma online a través de nuestro comparador en línea de seguro automotriz. Cotiza tu seguro automotriz, tendrás resultados instantáneos para elegir lo más conveniente.
No hay recetas exactas, el deducible más conveniente dependerá siempre de las necesidades que tenga el cliente en cuanto a precio y calidad.